La formación fue una profunda toma de contacto con cómo sentimos nuestras vivencias en el cuerpo, cómo se expresan y qué espacio tienen. Fue un encuentro con el sentir a través del cuerpo, dejando de lado el pensar, aprendiendo a reconocer y dar lugar a lo que emerge, mientras exploraba, desde el asombro, nuevas formas de expresión y conexión.
De la mano de Carina, transité este aprendizaje en el contexto del psicodrama grupal, acompañada por su gran sabiduría y profesionalismo. Un proceso profundamente revelador que no solo me permitió aprender, sino también crecer en cada encuentro.